La ciudad de Praga es indiscutiblemente bella. Incluída en el triunvirato Viena, Budapest y Praga, no va a defraudar, si lo que buscas es buena arquitectura, encanto y el aroma inefable de la antigua Europa señorial. Hemos disfrutado de sus rincones acogedores y de la majestuosidad serena de sus edificios y calles bien conservadas que te hacen pasar de la Edad Media a los años 20 del siglo pasado como por arte de birlibirloque.
A veces pueden resultar molestos esos grandes grupos de turistas masculinos, dando voces, sobre todo por la noche, pero es posible que este sea una especie de modalidad nueva de turismo que nos vayamos a encontrar por todas partes en los próximos años y nada tiene que ver con Praga, es un nuevo perfil que vendría a sumarse, desgraciadamente, a los cientos de perfiles que ha tenido, tiene y tendrá esta ciudad.
Tiene una la sensación, a veces, de que la gente está malhumorada. Pero ese malhumor, sobre el que bromeamos a menudo en el vídeo, puede deberse, precisamente, a la reacción hacia un tipo de turismo que no encaja de ninguna de las maneras con el espíritu y la materia de la que está hecha la ciudad y cierto miedo de que ambas se destruyan o se conviertan en un conjunto de clichés vaciados de contenido. Algo así como un vídeo nuestro... pero permanente.
Hemos vivido experiencias muy bonitas, como la sesión de jazz en el club de la rivera del río, y los paseos nocturnos contemplando cómo las edificaciones cobran otro carácter que se vuelve más enigmático, más soberbio y más cautivador.
La originalidad de muchas de sus construcciones tiene un sabor de autenticidad y de audacia que convierten a Praga en una de las capitales más notables de la arquitectura europea.
Podría calificar este viaje como el viaje de mi vida. Llevo muchísimos años deseando viajar a Egipto y, finalmente, lo he conseguido. Recuerdo como si fuera ayer el día en el que nuestra profesora de educación física, Susana, nos puso las fotografías de su viaje a Egipto y yo pensé, tengo que ir ahí. Pues bien, he ido. Han pasado muchas cosas en estos años y siempre ocurría algo que hacía que cambiasemos el destino. Pero el año 2019, justo en el cambio al 2020 decidimos que era el momento.
A diferencia de otros lugares que hemos visitado, en este caso prefiero no extenderme con descripciones, creo que en el vídeo podrás captar la belleza y la trascendencia de los distintos lugares. Tiene una duración de algo más de media hora. En él podrás ver pirámides - las más famosas, que dejamos para el final- y otras pirámides antiguas, incluyendo visita al interior; podrás seguir el curso del río Nilo y ver imágenes de sus templos más famosos, también algunos lugares emblemáticos de la que fue la ciudad de Cleopatra, Alejandría, fundada por Alejandro Magno.
Nuestro propósito es que no sea una simple suma de imágenes, sino que te proporcione información sobre el tema y que despierte tu interés por saber más. Por eso, encontrarás fragmentos de documentales e imágenes de noticias que tienen como objetivo contar una historia y situarla desde el presente. Hemos concedido una especial atención a algunos personajes que son clave y dejado un poco de lado al famosísimo Tutankamón, aunque sí visitamos la fabulosa sección dedicada a los tesoros encontrados en su tumba en el museo.
Para crear una cierta sensación de inmersión hemos seleccionado una música lo más adecuada posible a nuestro objetivo. En el vídeo se emplean diferentes discos -puedes escucharlos en la colección Egipto fascinante de Spotify- La intención era la de crear una atmósfera lo más alejada posible de las películas de Hollywood sobre Egipto. El más notable de estos discos es el de Michael Atherton ANKM, nombre que se refiere al símbolo de la vida egipcio. En complejo disco, no sólo recrea los instrumentos y ritmos originales de la música antigua egipcia, sino también la lengua originales, basándose en los estudios del egiptólogo, semiólogo y lingüista italiano Antonio Loprieno
Nosotros no somos mucho de dar recomendaciones, aunque sí de recibirlas, buscando experiencias de otros turistas y viajeros. Así que, en este caso, me gustaría compartir algunas ideas. Es conveniente no ir a las Pirámides con un autobús que te deje allí sólo un rato. Viaja sin miedo a El Cairo, y alójate en Giza o bien vete bien temprano por la mañana por tu cuenta, alquilando un coche o taxi. Si haces una excursión planificada, asegúrate de que tiene bastantes horas de duración y de que usa las primeras horas de la mañana. Es mejor gastar un poco más en esto y no quedarte con la sensación desagradable de que has estado muy poco tiempo y no has tenido ninguna autonomía. Prepara muy bien tu visita, dedícale tiempo no te dejes arrastrar como un autómata de acá para allá. No te enfades con los vendedores, hay muchos pero es su medio de vida, y no permitas que maltraten a los animales ni seas la causa de que lo hagan. Observa los caballos, si están haciendo un esfuerzo excesivo y están sufriendo, y trata por todos los medios de no participar en ello. Si te es posible, no viajes en temporada alta. No te pierdas la visita a los lugares más antiguos de Egipto: Saqqara y Dahshur si dispones de un poco más de tiempo. Estarás más a tu aire y disfrutarás de una experiencia única. Otra visita impresionante es la de el templo de Luxor de noche.
Finalmente, quiero referirme al tema importantísimo de lo que podemos hacer y sentir, nosotras, las mujeres. Debo decir que las mujeres no deben sentir ningún miedo en viajar a Egipto actualmente. Hemos visto muchas mujeres viajando solas. Es un país seguro. Muchas mujeres egipcias llevan atuendo limitador de carácter religioso, y muchas veces, las que llevan una ropa más restrictiva son turistas de países del golfo pérsico o de zonas rurales del país. Esto puede crear cierta angustia y sensación de impotencia. Por otra parte, apenas hay guías femeninas. Hablé con los operadores al respecto y parece que son bastante conscientes de que esta situación debe ir cambiando. Creo que viajar al país, hablar con los hombres, expresar tus puntos de vista, es muy conveniente. No obstante, puedo entender que haya personas que consideran que no se debe viajar a países donde el peso de la religión limita muchos derechos a las mujeres. Desde mi punto de vista, es más conveniente ir y potenciar la modernización, simultáneamente al contacto directo con los movimientos de mujeres del país a través de las diferentes vías. Considero que, como mujer, me he visto muy beneficiada por la influencia del turismo en España y que contribuyó notablemente a una postura más abierta hacia nuestra libertad. En mi caso tuvo un claro impacto.
Egipto es un país fascinante. Espero que las imágenes hablen por sí mismas y que, si tu sueño es el mismo que ha sido el mío, consigas hacerlo realidad.
Para mí viajar es una experiencia que conlleva un aluvión de sensaciones. Viajar con mi pareja es algo maravilloso, porque podemos compartir y contrastar esas sensaciones, pero viajar en solitario es también algo fantástico, y por eso siempre que viajamos, nos separamos a veces para hacer cosas por nuestra cuenta y sentir que eres tú y el país. Nada más. Con Oporto sentí una conexión que sólo siento muy contadas veces.
Una sensación de estar "en mi salsa", como en mi casa, aunque fuese una casa nueva. Quizá esta familiaridad se acrecentó porque nuestro último viaje fue a Vietnam y ahora Portugal era "la vuelta de la esquina". Portugal es nuestra hermana. Tanto Oporto como también Lisboa, de la que no tenemos vídeo pero que conocemos y amamos. (Forma parte de los lugares que visitamos antes de empezar a grabar, o cuando no nos conocíamos: La Habana, Amsterdam, Londres, Dublín, Viena y Tunez. Pero ¡dejemos de fardar! Volvamos a Porto, nombre portugués de la ciudad.
Es como si aterrizaras en un cuento que ya desde el avión puedes ver. El pueblecito marinero se nos ha hecho grande y está buscando su destino. La gente de paso, como nosotros, sonríe y compra y las luces de las fiestas de invierno lo llenan todo de misterio y de magia.
El encuentro entre el mar y la tierra es como un abrazo, como en Venecia. La infancia corretea a sus anchas por las callejuelas que suben y bajan serpenteando y tú misma te atreves a correr calle abajo, feliz, hasta llegar al puente donde la noche empieza a teñirlo todo de melancólica belleza.
Muchos años han pasado desde que Estados Unidos perdió su guerra contra Vietnam, y ahora, en el siglo XXI, casi entrando ya en su segunda década ¿qué significa este bello país para Occidente? Lamentablemente continuamos influidos por toda esa mitología que rodea la guerra librada
A pesar de su pequeña superficie ocupa el lugar número 15 en la lista de los países más poblados del mundo. Por tanto su densidad de población es muy alta. No siguieron una política de hijo único como en China y el resultado es esta población tan elevada. Ahora bien, ¿cómo se manifiesta esto en los principales núcleos urbanos? ¿Se produce una sensación de agobio en el visitante, de aglomeración humana? En cierto sentido sí. Desde mi punto de vista esta sensación se experimenta en algunas zonas de Saigon y de Hanoi, especialmente por la cantidad de tráfico, motos. Tienes la sensación de que todos residentes han salido con sus motos y van de acá para allá en un fluir incesante y desasosegante. En otras palabras, son hervideros de personas, puro bullicio, con calles repletas de comercios y sin aceras. El calor, en verano es mortal, ahoga la humedad. Es cierto. El miedo a la malaria te hace ir cubierto de insecticida y eso aumenta la sudoración. Todo esto también ocurre en Camboya. Entonces ¿estoy recomendando no ir a Vietnam, quizá al sudeste asiático? ¿Diciendo que todo esto hace que el viaje no merezca la pena? ¡¡¡NOOOO!!!
Viajar en verano es una aventura que pone a prueba tu fortaleza frente a la dureza de un clima poco amable, despiadado, que arroja sobre ti los rayos del sol como un fuego mojado y una lluvía poderosa, incesante, dramática. Pero así es, y si te atreves, sin duda conseguirás una experiencia, algo especial. Si, prefieres poder conocer el país sin tanto reto físico, entonces es mejor ir en otra época del año. Peros sinceramente creo que, viajes cuando viajes, descubrirás el encanto especial de esta parte de Asia. Para los que, como Michael y yo, no conocéis el continente, es deslumbrante, muy intenso. A veces sentiréis una sensación de cierto malestar, como siempre cuando se viaja a un lugar donde las condiciones de vida son todavía precarias en muchas zonas, pero al malestar le seguirá el entusiasmo por poder contribuir a que estas personas tengan nuevas oportunidades de dar a conocer su país y conseguir mejoras para la población. Si consigues escapar de tus mezquindades occidentales, ya sabéis el deseo de que no se salgan con la suya con precios y te tomen por tonto, la necesidad continua de comodidad, de que te comprendan cuando hablas y tantas y tantas cosas que llevamos con nosotros las turistas y no pocos de los que se llaman viajeros.
Respecto a la fascinante ANGKOR WATT, qué decir, a veces todavía no sé si he estado allí o lo he imaginado. Te vas haciendo mayor y todos los viajes empiezan a parecerte un poco así, salvo cuando ves una foto de otro, o un documental o película y entonces dices, sí, sí he estado, lo reconozco, lo veo de otro modo, lo siento de otro modo a cómo lo sentía antes, lo huelo, lo siento en mi piel, me traspasa y me rodea.
Por eso Asia es algo que no se olvida, se vive como en una ensoñación, se recuerda como algo imaginado, sutil y a la vez vigoroso y sólo hay una cosa que tienes clara en tu mente, y es que tienes que volver.
Ahí os dejamos nuestro vídeo. No hay consejos para viajar, sólo sensaciones, opiniones, vagas ideas, lo de siempre. Una experiencia personal que nos gusta compartir contigo, si te apetece.
He visto árboles cuyas copas se perdían en el cielo y la luz del sol parecía fluir como lluvia entre sus ramas. He visto gentes y he visto cuervos sobrevolar el Pacífico luchando contra el viento entre graznidos sobrecogedores. Les he visto mirarme como quien mira a un animal ingenuo. He visto un Cóndor posarse en un árbol a observarme y meditar sobre si era un ser fácil de comer. He visto atardecer en las rocas antiguas del Gran Cañón, recortándose sus perfiles como si estuvieran hechas de fragmentos de tiempo, deshecha su materia por el paso de miles de millones de años, inmutables, estáticas a nuestros ojos efímeros. Impasibles como el sol, formando parte de la inmensidad de la materia pétrea, sin emoción, sin dolor, sin miedo. Constante en su inconstancia. Belleza sin principio ni final. He sentido mi cuerpo fundiéndose con esa materia, como si ya hubiera pasado a través de mi piel el momento en el que eres uno con el universo cambiante e infinito.
Los paseos por la orilla del Sena, a la luz de la luna. Los grupos de gente sentada en las terrazas como en un teatro. La sensación de convertirte en Cuasimodo y ver la ciudad desde arriba, a través de sus ojos, unos ojos que son los ojos de Víctor Hugo. Recorrer las callecitas por las que anduvo la bohemia, entre la risa y el llanto. Contemplar la belleza de las calles y los tesoros artísticos que enmudecieron a los nazis. Visitar la tumba de Voltaire y recordar a los héroes de la resistencia en la catedral del laicismo. Subir atravesando los hierros que han forjado la escultura más grande del mundo. Suspirar, al contemplar las chimeneas y las buhardillas alineadas bajo un cielo gris perla. Eso es visitar París. Y sabe a poco. Quien lo probó, lo sabe.
Una nota a pie de página.
París ha estado en las noticias marcado por los asesinatos terroristas de los últimos tiempos. Por eso deseábamos estar allí en noche vieja y celebrar la libertad, el desarrollo de la ciencia y el laicismo para los que Francia ha sido un valedor. Estar ahí, esa noche, entre una pequeña multitud decidida de franceses y algunos turistas, entre la policía en jaque y los árboles iluminados de los Campos Elíseos, hasta llegar al Arco del Triunfo. Fue una experiencia apasionante. Un chute de energía y de esperanza.
Berlín es una ciudad donde la historia más reciente se agolpa y se funde con el paisaje urbano para transmitirnos sensaciones de gran fuerza. Por un lado nos sentimos parte de la ciudad y de esa historia terrible, asustante; por otro lado, nos sentimos alejados de lo que recordamos sin haberlo vivido, como si se hubiera tratado de una pesadilla colectiva.
La ciudad de Berlin, sin embargo, es lo más diferente que uno pueda imaginar a un lugar triste o sumido en el dolor, la pesadumbre, el desencanto. Ha recobrado el vigor y la ilusión, no exenta de cierta ingenuidad, de una juventud desbordante y creativa que se enfrenta con la incertidumbre del futuro con la certeza de que la vida no espera a nadie.
Cúpula del Panteón. Uno de los monumentos milenarios mejor conservados del mundo.
No existen las ciudades eternas, pero si lo existieran sin duda Roma sería una de ellas. Sostenida en el tiempo y el espacio por una belleza incuestionable y por la grandeza de dos milenios de historia a sus espaldas. Viajar es conocer lo desconocido, pero también entrar en lo conocido, penetrar en el mundo mítico de lo que se conoce sólo a través de las voces de otros y las imágenes de otros. Estar en Roma es como viajar al centro del universo de la humanidad y no se puede evitar sentir cierta sensación de reverencia.
Cada ciudad tiene sus misterios y sus secretos. En Budapest, hay un montón de secretos y de frases a medias y de rincones que no se sabe a dónde fueron o a dónde van...hay gentes que se debaten entre la modernidad y el letargo, entre lo asiático y lo occidental, entre la nostalgia del pasado y el entusiasmo por lo que ha de venir. El edificio del Parlamento preside la ciudad como si la vigilase y el omnipresente río más que dividirla, la inunda de su belleza.
Comenzamos por presentar el "trailer"como le gusta llamar a Michael estas pelis cortitas que deja en su facebook después de cada viaje. Estamos en el Bastión de Pescadores, un mirador frente al río Danubio con unas vistas espectaculares.
Después os dejamos estos dos vídeos, el primero sobre la ciudad en general, y el segundo sobre varios aspectos de la misma que hemos llamado "dark Budapest" como un poco a broma, como todo lo que hacemos en nuestros vídeos de viajes, ¡nos costó encontrar el Bunquer! por dios santo que nos costó, pero la final, ahí estaba. No era para tanto pero yo digo que si tienes un Bunquer de la Segunda Guerra Mundial y esta Bunquer es fácil de encontrar, entonces, ¡vaya mierda de Bunquer! Así que la búsqueda formó parte del encanto mismo del lugar... ¡siento que esto no pueda comunicarse en una película!
Un viaje a Rusia es una cosa grande. El país es enorme, su historia es enorme, sus gentes son...bueno, de todos los tamaños, pero sólo Rusia tiene una reina apodada "la grande", mientras que aquí en España a lo más que llegamos es a llamar a otra reina "la loca".
Rusia es como es. No vamos a ser tan ignorantes de decir que lo hemos conocido, sería ridículo, pero sí hemos aprendido algunas cosas. Que lo estadounidense se apodera de algunas esferas del país, como lo hace en gran parte de Europa -cómo cambian las cosas en un año. Ahora no entraría en un McDonalds aunque me empapase hasta la médula de los huesos- pero su esencia es tan rica, tan compleja, que es indestructible en su diversidad y en su profundidad.
En primer lugar os dejamos un "trailer" que hizo Michael y que se centra en nuestra espera en el aeropuerto al regreso a casa, allí se suponía que estaba también escondido el famoso periodista que había escapado de Estados Unidos por filtrar información, dicen que clasificada o cuando menos comprometedora. Un hecho histórico que nos parece relevante, aunque lo tomemos a chirigota en el video, por que cuando uno va a hacer turismo va a hacer turismo y no otra cosa.
Este es nuestro video de San Petesburgo. La ciudad es bella, acogedora y sugerente.
Para terminar Moscú, una ciudad con contrastes y donde el extranjero se siente extranjero de verdad, casi como un cuerpo extraño, pero no lo digo necesariamente como algo malo, en realidad la idea de llegar a un sitio al que no perteneces y sentirte en casa conlleva dos cosas, una que la gente de allí tiene que hacer un esfuerzo enorme por acogerse y adaptarse a tus necesidades, otra que de algún modo ese lugar pierde parte de sí mismo para ser algo más anodino, como una especie de escaparate. Desde luego eso no pasa en Moscú, si bien hay sitios donde no se ve nada más que turistas como nosotros haciéndose la foto, también es un sitio en el que todos esos turistas parecen estar de más. Es lo que hay. Lo tomas o lo dejas.
Tienes la sensación de estar dentro de un cuento de hadas, y los habitantes de la ciudad consiguen convivir con toda esa marea de turistas sin perder la sonrisa y felices como una madre que sonríe al ver como su bebé es admirado por un extraño en la parada del autobús.
Resulta difícil describir Estambul. Sus abarrotadas calles que despiden autenticidad, colores y aromas, ajetreo de voces y miradas fugaces, silencio y ruido hermanados en medio de una luz que penetra tu corazón. El aíre se espesa cuando contemplas la magnificencia de los edificios y grandiosidad del mar entrando en la Tierra como una llamada y una promesa. El peso de la historia se aligera en la mirada de una niña que corre esperanzada aún y nosotros suplicamos que esta ciudad sea para siempre un lugar intocable, más allá del bien y del mal, suspendido en el espacio y en el tiempo como una plegaria sin dios y como un canto a la vida.
Nuestro viaje a Venecia fue muy breve, pero unos minutos en Venecia son como varios meses en otras partes del mundo... ¿por qué? No tengo palabras para expresarlo. La belleza de lo decadente, de lo misterioso, de lo majestuoso, de lo íntimo, de lo extraordinario. La simpleza y la complejidad de la mano.
La melancolía hecha ciudad.
No hay ningún lugar como este. Y cuando llegas lo sabes.
A veces pueden resultar molestos esos grandes grupos de turistas masculinos, dando voces, sobre todo por la noche, pero es posible que este sea una especie de modalidad nueva de turismo que nos vayamos a encontrar por todas partes en los próximos años y nada tiene que ver con Praga, es un nuevo perfil que vendría a sumarse, desgraciadamente, a los cientos de perfiles que ha tenido, tiene y tendrá esta ciudad. 
