miércoles, 14 de agosto de 2019

PORTO




 Para mí viajar es una experiencia que conlleva un aluvión de sensaciones. Viajar con mi pareja es algo maravilloso, porque podemos compartir y contrastar esas sensaciones, pero viajar en solitario es también algo fantástico, y por eso siempre que viajamos, nos separamos a veces para hacer cosas por nuestra cuenta y sentir que eres tú y el país. Nada más. Con Oporto sentí una conexión que sólo siento muy contadas veces. 

Una sensación de estar "en mi salsa", como en mi casa, aunque fuese una casa nueva. Quizá esta familiaridad se acrecentó porque nuestro último viaje fue a Vietnam y ahora Portugal era "la vuelta de la esquina". Portugal es nuestra hermana. Tanto Oporto como también Lisboa, de la que no tenemos vídeo pero que conocemos y amamos. (Forma parte de los lugares que visitamos antes de empezar a grabar, o cuando no nos conocíamos: La Habana, Amsterdam, Londres, Dublín, Viena y Tunez. Pero ¡dejemos de fardar!  Volvamos a Porto, nombre portugués de la ciudad.  
  Es como si aterrizaras en un cuento que ya desde el avión puedes ver. El pueblecito marinero se nos ha hecho grande y está buscando su destino. La gente de paso, como nosotros, sonríe y compra y las luces de las fiestas de invierno lo llenan todo de misterio y de magia.

 

   El encuentro entre el mar y la tierra es como un abrazo, como en Venecia. La infancia corretea a sus anchas por las callejuelas que suben y bajan serpenteando y tú misma te atreves a correr calle abajo, feliz, hasta llegar al puente donde la noche empieza a teñirlo todo de melancólica belleza.




TEMPLOS DE ANGKOR Y VIETNAM



  


Muchos años han pasado desde que Estados Unidos perdió su guerra contra Vietnam, y ahora, en el siglo XXI, casi entrando ya en su segunda década ¿qué significa este bello país para Occidente? Lamentablemente continuamos influidos por toda esa mitología que rodea la guerra librada 

A pesar de su pequeña superficie ocupa el lugar número 15 en la lista de los países más poblados del mundo. Por tanto su densidad de población es muy alta. No siguieron una política de hijo único como en China y el resultado es esta población tan elevada. Ahora bien, ¿cómo se manifiesta esto en los principales núcleos urbanos? ¿Se produce una sensación de agobio en el visitante, de aglomeración humana? En cierto sentido sí. Desde mi punto de vista esta sensación se experimenta en algunas zonas de Saigon y de Hanoi, especialmente por la cantidad de tráfico, motos. Tienes la sensación de que todos residentes han salido con sus motos y van de acá para allá en un fluir incesante y desasosegante. En otras palabras, son hervideros de personas, puro bullicio, con calles repletas de comercios y sin aceras. El calor, en verano es mortal, ahoga la humedad. Es cierto. El miedo a la malaria te hace ir cubierto de insecticida y eso aumenta la sudoración. Todo esto también ocurre en Camboya. Entonces ¿estoy recomendando no ir a Vietnam, quizá al sudeste asiático? ¿Diciendo que todo esto hace que el viaje no merezca la pena? ¡¡¡NOOOO!!! 



Viajar en verano es una aventura que pone a prueba tu fortaleza frente a la dureza de un clima poco amable, despiadado, que arroja sobre ti los rayos del sol como un fuego mojado y una lluvía poderosa, incesante, dramática. Pero así es, y si te atreves, sin duda conseguirás una experiencia, algo especial. Si, prefieres poder conocer el país sin tanto reto físico, entonces es mejor ir en otra época del año. Peros sinceramente creo que, viajes cuando viajes, descubrirás el encanto especial de esta parte de Asia. Para los que, como Michael y yo, no conocéis el continente, es deslumbrante, muy intenso. A veces sentiréis una sensación de cierto malestar, como siempre cuando se viaja a un lugar donde las condiciones de vida son todavía precarias en muchas zonas, pero al malestar le seguirá el entusiasmo por poder contribuir a que estas personas tengan nuevas oportunidades de dar a conocer su país y conseguir mejoras para la población. Si consigues escapar de tus mezquindades occidentales, ya sabéis el deseo de que no se salgan con la suya con precios y te tomen por tonto, la necesidad continua de comodidad, de que te comprendan cuando hablas y tantas y tantas cosas que llevamos con nosotros las turistas y no pocos de los que se llaman viajeros. 



  Respecto a la fascinante ANGKOR WATT, qué decir, a veces todavía no sé si he estado allí o lo he imaginado. Te vas haciendo mayor y todos los viajes empiezan a parecerte un poco así, salvo cuando ves una foto de otro, o un documental o película y entonces dices, sí, sí he estado, lo reconozco, lo veo de otro modo, lo siento de otro modo a cómo lo sentía antes, lo huelo, lo siento en mi piel, me traspasa y me rodea.




    Por eso Asia es algo que no se olvida, se vive como en una ensoñación, se recuerda como algo imaginado, sutil y a la vez vigoroso y sólo hay una cosa que tienes clara en tu mente, y es que tienes que volver.


  Ahí os dejamos nuestro vídeo. No hay consejos para viajar, sólo sensaciones, opiniones, vagas ideas, lo de siempre. Una experiencia personal que nos gusta compartir contigo,  si te apetece.